Siempre ciega frente a la maldad,
O más bien a la posibilidad,
Obvia,
De salir herida.
Confiada hasta los más hondo,
Llega cada día a su cama.
Revee la jornada,
Y visceralmente, sin uso de su razón,
Sonríe.
Todo esto, sin ver conscientemente,
Los tal vez dolorosos momentos que paso.
Sin poner entre sus cejas a los verdugos
De sus penas,
Y sin juzgar a los,
Insensibles seres que intentaron
Entorpecer su camino.
Apoya la cabeza en la almohada,
Y respirando profundo, se siente aliviada.
Un día más ha llegado a su momento culmine,
O como lo ve ella,
Un día más de ventaja,
Contra lo que la intenta debilitar.
Su sonrisa lo revela:
Un día mas que vivió.
16.02.11
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